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miércoles, 9 de julio de 2025

Contar con asesoría fiscal adecuada reduce riesgos ante auditorías tributarias

 



/ IBERIAN PRESS / La posibilidad de enfrentar una auditoría fiscal o requerimientos de información por parte de la administración tributaria es una situación que puede afectar tanto a autónomos como a pequeñas, medianas y grandes empresas. En este contexto, contar con asistencia profesional especializada permite afrontar estos procesos con mayor seguridad, minimizar errores y garantizar el cumplimiento de las obligaciones legales. Una auditoría o revisión no implica necesariamente irregularidades, pero sí exige claridad documental, buena organización contable y respuestas precisas ante la autoridad competente.

Ante una inspección de Hacienda, es fundamental disponer de documentación contable completa, declaraciones presentadas correctamente y coherencia entre la información tributaria y financiera. Las inspecciones pueden ser presenciales o telemáticas y abarcar aspectos diversos: desde el IVA, el Impuesto sobre Sociedades o el IRPF, hasta la revisión de deducciones, gastos, ingresos no declarados o facturación irregular. Un error leve o una omisión puede derivar en sanciones, por lo que la preparación es clave.

La figura del asesor fiscal cobra relevancia tanto antes como durante una auditoría. Un profesional con experiencia no solo ayuda a cumplir con los plazos y requisitos, sino que también actúa como representante frente a la administración, analiza los puntos críticos y propone las respuestas más adecuadas a cada requerimiento. Además, puede detectar debilidades en el sistema contable de la empresa y proponer medidas correctivas para evitar futuras contingencias.

Uno de los principales aspectos a tener en cuenta es la trazabilidad de las operaciones. Todas las transacciones deben estar respaldadas con facturas, contratos o comprobantes válidos y reflejarse de manera adecuada en la contabilidad. Es importante que los libros contables estén actualizados y coincidan con lo declarado ante Hacienda. La falta de registro o documentación puede ser interpretada como indicio de evasión o negligencia.

La anticipación también es un factor clave. Las empresas que realizan revisiones internas periódicas, que tienen controlados sus circuitos de facturación y gastos, y que cuentan con protocolos contables claros, están en mejores condiciones para afrontar una auditoría. En estos casos, la inspección suele desarrollarse de forma más rápida y con menor impacto.

Por otro lado, es importante conocer los derechos del contribuyente durante una inspección. La normativa establece garantías como el derecho a la confidencialidad, la asistencia por un asesor o representante, el acceso a los documentos del expediente y la posibilidad de presentar alegaciones. Un buen asesor no solo se encarga de la parte técnica, sino que también orienta al cliente sobre estos aspectos legales y procedimentales.

Los profesionales especializados también ayudan a interpretar correctamente las notificaciones, requerimientos o actas que emite la Agencia Tributaria. La redacción de estos documentos puede generar dudas, especialmente si incluyen términos técnicos o referencias normativas complejas. “Contar con apoyo experto permite responder adecuadamente y evitar errores de forma que puedan influir en el desarrollo del proceso”, señalan en Carbonell Consultors Associats

En determinados casos, el asesoramiento profesional resulta clave para valorar si corresponde recurrir una sanción o acta de inspección, iniciar un procedimiento de rectificación o acogerse a reducciones por conformidad. Estas decisiones tienen plazos específicos y consecuencias, por lo que deben tomarse con pleno conocimiento de las opciones disponibles.

También conviene revisar la situación fiscal de la empresa antes del cierre del ejercicio, para asegurarse de que no existan saldos pendientes, pagos fraccionados omitidos o errores en las retenciones practicadas. Una gestión preventiva evita complicaciones futuras y contribuye a mantener un perfil ordenado y transparente.

Frente a la complejidad del sistema impositivo, el apoyo de profesionales en asesoría fiscal permite afrontar las auditorías con mayor previsión, cumplimiento y tranquilidad. Prepararse adecuadamente y contar con la guía de expertos no solo reduce riesgos, sino que fortalece la gestión contable y tributaria de cualquier organización.

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