/ IBERIAN PRESS / La tasación de obras de arte es una disciplina bastante poco conocida pero crucial para el patrimonio cultural tanto público como privado.
Combina conocimientos artísticos, históricos, técnicos y económicos con un solo objetivo basado en determinar el valor justo de una pieza en un momento y contexto determinados.
Ya sea para una venta, una herencia, un seguro o una donación, contar con una tasación de obra de arte profesional y rigurosa es fundamental.
Este proceso, según explican desde Art Value Project, se desarrolla en varias fases bien definidas, que garantizan una valoración precisa y transparente.
1. Identificación de la obra
El primer paso en la tasación consiste en recopilar toda la información posible sobre la obra: título, autor, técnica, dimensiones, fecha de creación, materiales utilizados, y cualquier inscripción o firma presente. Si la obra no está firmada o atribuida, el tasador analizará características estilísticas y técnicas para identificar su posible origen.
En esta fase también se revisa la documentación disponible: certificados de autenticidad, catálogos razonados, facturas, historial de propiedad, exposiciones y publicaciones en las que haya aparecido la obra.
2. Análisis del estado de conservación
La condición física de la obra afecta directamente su valor. Por eso, se realiza un examen detallado para detectar restauraciones previas, daños estructurales, alteraciones o intervenciones. En ocasiones, se recurre a expertos en conservación o incluso a estudios técnicos con rayos X, luz ultravioleta o análisis de pigmentos para evaluar su autenticidad y estado real.
3. Estudio de la procedencia
Conocer el historial desde su creación hasta el presente es esencial. Una procedencia bien documentada puede aumentar significativamente su valor, sobre todo si la obra perteneció a colecciones reconocidas o fue expuesta en museos importantes. Además, verificar su procedencia ayuda a prevenir problemas legales relacionados con robos, expolios o ventas ilegítimas.
Para contextualizar el mercado, se analizan resultados de subastas, ventas privadas, y precios históricos. El tasador debe tener en cuenta factores como la oferta y demanda, la reputación del artista, y las tendencias del mercado nacional e internacional.
5. Determinación del valor
Con toda la información reunida, el tasador establece un valor económico. Este puede ser un valor de mercado (precio estimado de venta), valor de reposición (para seguros), valor fiscal (para herencias o donaciones), o valor liquidativo (en caso de división de bienes).
Es importante destacar que una tasación no es un precio fijo, sino una estimación razonada basada en evidencia objetiva. La transparencia del proceso y la experiencia del tasador son clave para su credibilidad.
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